La verdad sobre las alergias a los ácaros

Publicado  domingo, 28 de marzo de 2010


Bajo alergia a los ácaros podemos incluir sensibilización cutánea, o síntomas clínicos de rinoconjuntivitis, con o sin asma. Los estudios demuestran que sí es posible tener un efecto beneficioso sobre la aparición y la severidad del asma, pero los datos son más contradictorios en cuanto a retrasar o prevenir la sensibilización a ácaros, sobre todo en zonas donde existe una gran exposición a alergenos a ácaros.

En algunas regiones españolas puede afectar al 30% de la población y al 90% de los asmáticos

La alergia a los ácaros, al igual que al resto de los alergenos, se supone que está en aumento, aunque existen pocos datos epidemiológicos al respecto. En general las nuevas sensibilizaciones ocurren en la infancia, aunque no es raro que se desarrollen también nuevas sensibilizaciones en la población adulta. Hoy en día se sabe que en zonas endémicas de ácaros, como la cornisa Cantábrica, Galicia y Canarias, la alergia a los ácaros puede afectar a aproximadamente un 30% de la población. En pacientes asmáticos esta prevalencia puede llegar a ser del 90%.

Las medidas que de verdad son eficaces

Para que las medidas de control ambiental sean efectivas, su implementación requiere un conocimiento previo importante tanto del medio ambiente del paciente, incluyendo el grado de exposición, de sensibilización y la severidad de la enfermedad alérgica del paciente. Se ha demostrado que cuanto más sensibilizado (alérgico) esté el paciente a los ácaros (niveles altos de IgE específica) más se va a beneficiar éste de las medidas de control. Las medidas de control deben ser lo más rígidas posible.

Las más eficaces:

  • Eliminar del dormitorio las alfombras del dormitorio y todos los objetos que acumulen polvo.
  • Poner fundas antiácaros en almohadas y colchones.
  • Hacer una limpieza regular (semanal), en agua caliente, de las sábanas y mantas.
  • Hacer una limpieza periódica de sofás y moquetas de otras zonas de la casa.
  • Reparar problemas de humedad y reducir la humedad relativa en toda la vivienda, o al menos en el dormitorio, por debajo del 50%.

Las de eficacia intermedia:

  • El uso de filtros del aire para retener alergenos de ácaros, el aire acondicionado, la utilización de acaricidas y el uso de deshumidificadores.

Las de eficacia no demostrada:

  • La limpieza de los sistemas de aire acondicionado, algunos filtros electrostáticos, pinturas antihongos, etc.
El número de ácaros aumenta con la edad... de los colchones

Si un colchón tiene más de una cierta cantidad de alergeno por gramo, por ejemplo, entre 10 y 50 microgramos de grupo 1 (Der p 1 + Der f 1) por gramo de polvo, hay que recomendar cambiar el colchón y poner una funda antiácaros al colchón y almohada nuevos. Por lo tanto, es de gran importancia medir el grado de exposición antes de proceder con las medidas de control. También se sabe que el número de ácaros se incrementa con la edad de los colchones y las almohadas.

El diagnóstico

El diagnóstico debe realizarse siempre por personal especializado, preferiblemente en un servicio de Alergia, que establecerá una relación causal entre el medio ambiente del paciente y los resultados de las pruebas cutáneas y otras pruebas funcionales in vivo e in vitro. Los métodos que se usan para establecer el diagnóstico de alergia ácaros son los mismos que se usan para diagnosticar alergia a los pólenes, epitelios, etc. Sin embargo, la alergia a los ácaros, al ser un proceso crónico (aunque puede sufrir exacerbaciones periódicas), puede confundirse por el paciente con catarros y otros procesos infecciosos.

Síntomas característicos

La alergia a los ácaros tiene una sintomatología muy similar al resto de las alergias respiratorias. La única diferencia puede ser que los síntomas se desarrollan principalmente en el interior de las viviendas, y normalmente cuando el paciente está en su dormitorio, o en su cama. La primera entrada en la cama suele ir, a veces, acompañada de síntomas oculares o respiratorios.

Los primeros síntomas pueden asociados a una conjuntivitis alérgica, aunque la mayoría de los pacientes suelen tener rinoconjuntivitis y en muchos casos, asma. La alergia a los ácaros está más asociada con el asma que, por ejemplo, la alergia a gramíneas. Además, los síntomas producidos por la alergia a los ácaros son perennes.

Un consejo: informarse y conocer cómo es el ambiente de la casa y cómo puede afectarnos. Y, ante la duda, acudir al alergólogo

Cristina Martín Angelina -Reportaje-

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