Desde hace pocos días, estoy reflexionando sobre la situación juvenil en nuestro país. Me parece horrible lo último que ha sucedido con Cristina Martín de Seseña, de 13 años de edad, la cual ha sido asesinada presuntamente por una de sus compañeras de instituto de tan sólo 14 años. Personalmente me parece una salvajada todo lo que estamos escuchando en estos días. Yo con esa edad no tenía ningún pensamiento macabro del tipo que hemos presenciado, ni siquiera discutía con mis compañeras por asuntos tan triviales.
Considerando los hechos, no se si lo que falla son los principios éticos y los valores de cada persona o la educación de cada uno. Creo que es una mezcla de todo, donde la sociedad cada vez más está yendo por un camino equivocado. Los tiempos están cambiando a un ritmo muy rápido, donde los jóvenes son el claro ejemplo. La que escribe estas líneas todavía se considera joven, y lo soy, pero si me comparo con todo lo que está sucediendo, tengo la sensación de ser de la época de la prehistoria.
Y para dar más morbo a la historia, comentan que la chica que mató a Cristina tenía influencias macabras, hecho que se conoce mediante las ya conocidas redes sociales. Incluso ella misma ha declarado que arrojó a Cristina al pozo con una ausencia total de culpabilidad, según han comentado los psicólogos que la han tratado.
Pero para más inri, la supuesta asesina no es de nacionalidad española. Con este dato, la gente se toma la licencia de proclamar el racismo en su afán más alto, como si el hecho tomara más importancia por haber sido realizado por una extranjera. Esto es otro claro ejemplo de lo que la sociedad puede sacar de sus adentros cuando sucede un hecho como el de Cristina Martín.
Observando lo sucedido, tengo la sensación de vivir en una sociedad donde existe un disimulo permanente de aparentar ser los mejores ciudadanos del mundo, pero cuando nos dejan un minuto de gloria despotricamos lo más inmundo de nuestras entrañas. Me queda la esperanza de que todos nosotros reflexionemos y que los valores de la sociedad cambien a mejor. Espero.
Considerando los hechos, no se si lo que falla son los principios éticos y los valores de cada persona o la educación de cada uno. Creo que es una mezcla de todo, donde la sociedad cada vez más está yendo por un camino equivocado. Los tiempos están cambiando a un ritmo muy rápido, donde los jóvenes son el claro ejemplo. La que escribe estas líneas todavía se considera joven, y lo soy, pero si me comparo con todo lo que está sucediendo, tengo la sensación de ser de la época de la prehistoria.
Y para dar más morbo a la historia, comentan que la chica que mató a Cristina tenía influencias macabras, hecho que se conoce mediante las ya conocidas redes sociales. Incluso ella misma ha declarado que arrojó a Cristina al pozo con una ausencia total de culpabilidad, según han comentado los psicólogos que la han tratado.
Pero para más inri, la supuesta asesina no es de nacionalidad española. Con este dato, la gente se toma la licencia de proclamar el racismo en su afán más alto, como si el hecho tomara más importancia por haber sido realizado por una extranjera. Esto es otro claro ejemplo de lo que la sociedad puede sacar de sus adentros cuando sucede un hecho como el de Cristina Martín.
Observando lo sucedido, tengo la sensación de vivir en una sociedad donde existe un disimulo permanente de aparentar ser los mejores ciudadanos del mundo, pero cuando nos dejan un minuto de gloria despotricamos lo más inmundo de nuestras entrañas. Me queda la esperanza de que todos nosotros reflexionemos y que los valores de la sociedad cambien a mejor. Espero.
Miriam Lozano -Columna de opinión-
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