El Barça gana a un impotente Real Madrid

Publicado  viernes, 16 de abril de 2010

El Barcelona recupera el liderato de la liga tras ganarle al Real Madrid en el Bernabeu. Los de Guardiola, que salieron muy contenidos, lograron hacerse dueños del partido y, aunque esta vez no por 2-6, dejaron una vez más al descubierto las carencias del equipo blanco.

Era el Gran Clásico. El partido entre los partidos. Una de las citas ineludibles del fútbol aunque no seas aficionado. Es el momento en el que todos se posicionan y todos tienen un favorito, no hay indiferencias.
Se llevaba hablando de él muchas semanas. Caldeando el ambiente con declaraciones (o sin ellas como en el caso de Piqué) pero el partido había que ganarlo no frente los micrófonos sino en el terreno de juego que es donde los grandes jugadores deberían reivindicarse.

Llegó el equipo blaugrana al estadio del eterno rival con la mente centrada sabiendo que el partido les exigía mucho más a ellos que al equipo de casa que se encargaba de proteger su primera plaza.

Tras un respetuosísimo minuto de silencio en homenaje a las víctimas del accidente de Polonia la pelota empezó a rodar, comenzaba el espectáculo. Y con él el grito de una gran parte de la grada que a una animaban a su equipo con “bote, bote, polaco el que no bote”.
En los primeros minutos se pudo observar el planteamiento clásico de dos equipos que se tienen bien estudiados y que saben lo que se juegan. El Barcelona parecía un equipo casi asustadizo con sus jugadores más creativos atados mientras que el Madrid, sin hacer grandes cosas, parecía avanzar a su ritmo. Los primeros minutos dejaron descolocados a gran parte de los aficionados que esperaban un ritmo frenético y un derroche de fútbol pero que no aparecían.

Sólo hacía falta que el Barcelona se fuera calentando. Según pasaban los minutos el equipo de Guardiola se posicionaba, adquiría confianza y comenzaba, gracias a Xavi y su conexión con Messi, a ver los espacios. Con un solo pase rompían la defensa blanca y así llegaron las primeras ocasiones.
El equipo blanco, la otra parte de la moneda, se comenzó a deshinchar. Ante un Barcelona que avanzaba despacio pero con paso firme el Madrid retrasaba líneas. El Barça se hizo con el gobierno y el Madrid poco a poco quedó sometido.

Y es que en esta ocasión el Barcelona exhibió más una versión de equipo que una versión celestial de Messi al que nos había acostumbrado en otros partidos decisivos. Messi y Xavi, una sociedad a medida que logró abrir el marcador. La Pulga, a pase de Xavi, superó a Casillas con un remate con la pierna derecha.

El Madrid estaba vencido en el juego y en el marcador, sin otra esperanza que la pegada de sus dos arietes. De Higuaín no hubo noticias. Él no juega, lo suyo es el gol. Sin él resulta fantasmal. Pero del resto, incluido, Cristiano Ronaldo, tampoco. Él daba pases poco acertados con los posteriores aspavientos que se ha acostumbrado a realizar. En esta ocasión no sirvió su sprint que fue frenado por las zancadas del gran Piqué.

Al compás del mediocentro argentino, el equipo mejoró hasta que, cómo no, encendió de nuevo la luz. Esta vez se alió con el irreverente Pedro. El canario enfiló hacia Casillas y le superó con un toque sutil con la pierna izquierda. El partido era del Barça, que a partir del segundo tanto decidió interpretar de otra forma el juego. Evitó las tensiones y decidió contemporizar.

En este punto los madridistas se dieron cuenta de que no compiten contra un equipo mediocre y que las declaraciones de Alves de que el Madrid tenía una plaza que no le correspondía estaban más que justificadas. Entendiéndolo muchos aficionados decidieron, antes del partido final, abandonar el campo y esperar a noches mejores.
Laura Salamanca Blázquez -Crónica-

0 comentarios: